Cierro los ojos. Apoyo mi nuca en el asiento. Llegan a mi rostro, benditas como un milagro, las gotas de la tan ansiada lluvia, lluvia que me moja la cara...mientras el tren avanza y una brisa fresca entra por la ventana; Silvio en el oído me canta Arena...
roca que luego es multitud del agua buena y canta espuma...Entonces siento que soy una mujer feliz, que la lluvia tarda, pero llega y le agradezco a la vida, a Silvio que me canta en el oído, a la madre naturaleza y a todos los que me aman. El tren sigue, la gente corre bajo la lluvia en esta noche oscura y mi viaje llega a destino.
2 comentarios:
Hermoso, Marina.
¿No está volviendo un poco tarde ud?
pero papá!
esa no es la hora que llegue, es casí la hora en que lo escribi y es un homenaje a un tema que me encanta.
Gracias che,
Saludos.
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