sábado, 12 de diciembre de 2009

Victorias

Y entonces sucede lo inesperado. Y una mañana después de tomar exámenes una lo tiene ahí. Al tipo que forreo a todo el mundo todo el año. Al tipo que te hizo pensar en el reinado absoluto de la impunidad en todos lo niveles.
Llorando. Frente a tod@s. Pidiendo disculpas. Hundanme o no me hundan. Ya esta, me da lo mismo. Soy un desastre, me equivoque. De pedo pase el examen para ser director.
Y yo, sintiendo mi zapato arriba de su cabeza, le cantó las cuarenta. Y cinco también.
Y como lo disfruto. Toma hijo de puta, Vosss que te quisiste llevar puesto a todo el mundo, Vosss que te cagaste en todos. Vosss que mandaste a truchar doscientas firmas sin importarte que con eso podías dejar en la calle a un montón de gente. Ahora tenés miedo y sentís la guillotina rozandote el cogote. Ja.
Y me doy el lujo de presentarle las condiciones de nuestra tregua: retira el acuerdo, pedí disculpas a todo el mundo, decile al inspector que es todo trucho y vemos. Vemos.
Y vuelvo a casa con el pecho inflado. Con esperanzas renovadas. Aunque quede tanto por hacer, hay pequeños triunfos que me llenan de alegría.

3 comentarios:

Ojaral dijo...

A pesar de lo que digan, los goles se merecen. Ahora, a seguir peleando.
Besos.

Marina! dijo...

Gracias mi vida.
Te amo.

Violeta dijo...

El desafío que tenemos es inconmensurable, desalienta un poco ponerse a pensar en el tamaño de la tarea que tenemos por delante, pero cada tanto tenemos esas pequeñas victorias que le dan a uno la fuerza necesaria para seguir adelante…
No me afloje hermanita, estamos juntas en esto!