sábado, 22 de enero de 2011

En la sala de espera

A veces sólo se trata de esperar. Que los días se amontonen unos atrás de los otros. Hasta que mi nena vuelva a casa y traiga de nuevo el sol en sus ojitos. Mantenerme ocupada. Adelantar trabajo. Esperarla. Al menos esta lenta tortura es poco frecuente. La desgracia que le toco como padre biológico no se la lleva tan seguido. Pero en las vacaciones le agarra así como un ataque de paternidad y como un tío con plata se la lleva unos días y la saca a pasear. Y le molesta, no sé porque razón, que yo la llame por teléfono. Entonces es de nuevo tener que enfretarme a su falta de respeto y desconsideración.
Cinco años de separación y siempre la misma mierda.
Inés me pregunta, ¿Es tan difícil tener una buena relación? Desconozco el como con Marcelo. La mejor relación con él es cuando desaparece. Para mi sólo significa un obstáculo más en el camino de criar a Camila.
Pero, ¿que se puede hacer?...no sé...

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