sábado, 26 de marzo de 2011

El té con leche tiene algo de reconfortante. No sé si es la taza, lo caliente o la leche. Me inclino mas a pensar que es la leche la que moviliza algún olfato de mi animal mamífero y me hace sentir un tanto mejor. No sé. Lo que si sé es que se volvió un clásico ultimamente. Cuando me despierto mal, tipo 4 de la mañana, pienso en despertar a Esteban, pero pienso también en lo odioso que debe ser cuando te tenes que levantar a las 6 que te llamen a las 4, así que mejor me levanto y preparo mi té con leche. Pienso un rato en mi última pesadilla. No tiene demasiadas variantes con la anterior. También mis pesadillas se volvieron clásicas y repetitivas. Tengo que volver al diván abandonado hace más de un año ya, pienso de nuevo. Una amiga tiene una nuera que llora cuando duerme producto de sus pesadillas - Por lo menos yo me despierto, es un buen punto, tengo mi té con leche.
Me queda dando vueltas todo lo que debía hacer ayer y no hice, o hice a medias pero no del todo. Ya son las 5. Y la semana pasada. Y la anterior. Todos los NO que se me atoraron en la garganta, tonces digo me digo Bueno, hoy le digo que NO a todo el mundo. Esta situación de mierda que pase ayer no sé va a volver a repetir. Y mi otro yo lo mira a este como si hablara un vendedor de autos usados.
-No te creo flaca
-Vos también sos jodida, siempre criticando
-No sé flaca, veinte años con los mismos rollos
-Pero va a cambiar, la cosa va a cambiar
Prefiero los finales felices, el abrazo y el beso en la puesta del sol. Jolibud y los sonetos kirsch. Espero que al final, al final, quede un buen guión para esta pelicula.

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