sábado, 23 de abril de 2011

Sin dios

En momentos como estos quisiera tener un Dios, un algo al que recurrir que más allá de las humanas posibilidades, algún espíritu mágico con linea directa.
Sin embargo mi incurable ateísmo no me permite más que resignarme, que esperar y que confiar en la fuerza del otro, en la carambola cósmica, apoyarme en mis seres queridos, sacar pecho y enfrentar la ola.

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