martes, 21 de julio de 2009

De amigas, lluvias y bailes.

Soy de las que creen que los días de tormenta, como hoy, lo mejor es quedarse en casa, y salir sólo cuando no queda otra opción. Y no es una cuestión de ultra revolucionariedad, ni de vagancia extrema, tiene que ver más bien con un análisis economicista del asunto: entiendo que en la relación costo- beneficio, salir los días de lluvia siempre suele tener mayores costos que beneficios. Por ejemplo, porque existe la posibilidad de resfriarse, resbalarse, caerse, perder cosas, que te parta un rayo, estrellarse contra un árbol, etc.
A mi me jode la gotera, pero bueno, por suerte ya casí para de llover y pude secar el lago del medio del pasillo. Y con esto del día del amigo y de la lluvia, me acorde de mi amiga del alma, Alejandra B. a la cual hace años que no puedo ubicar, porque con esto de que las dos nos mudamos a cada rato...Me pregunto que será de su vida, la última vez que nos vimos me la encontré de casualidad en el baño de la estación de Retiro, estaba mejor, la noté contenta, orgullosa de su hijito. Cuando llueve me acuerdo que Ale, que vivía a orillas de un arroyo con su mamá y sus hermanos (su papá era electricista, el día del atentado a AMIA el había ido a hacer un trabajo, no solo quedaron sus hijos huerfanos sino que además un abogado HDP les cago lo que tenían que cobrar), Ale los días de tormenta empezaba a subir las cosas arriba de la mesa y sacar el agua de adentro con un balde, hasta que en algún momento terminaban ellos también arriba de la mesa esperando que pase la lluvia. Tengo historias más tristes que esas de Ale, pero yo prefiero recordarla bailando. Cuando Ale bailaba se paralizaba el boliche, era un espectáculo increíble: llegaba, se subía en el lugar más vistoso y con su compañero de baile le empezaban a sacar chispas al escenario.
Para mi el baile es una forma de acercarse a la libertad.
Y anoche bailé tanto con mis amigas, que ahora estoy acá, con toda la fiaca del universo, esperando a mi amor y que pare de llover.

2 comentarios:

Dolores Medel dijo...

Hola Marina!

A mí me gusta la lluvia, sabes? Y me gusta salir a mojarme, bailar con la lluvia, eso también me parece una forma de libertad única e inigualable. Pero bueno, a veces jode, es cierto. Recuerdo cuando hace casi cuatro años nos pegó un huracán y mi ciudad se inundó toda, casi siempre se inunda pero esa vez fue lo peor, no pude llegar a mi casa en tres días... Y bueno, así pasa a veces.

Felíz día del amigo, sí!! gracias siempre:

Lola

Marina! dijo...

Gracias a vos Lola! Por pasar y comentar. Terrible eso che, por acá por suerte no viví nunca un huracán, ni nada por el estilo. Si, es hermoso bailar bajo la lluvia, sentir el viento en la cara...pero cuando no hace tanto frio, como hoy acá.
Un abrazo grande.