domingo, 15 de noviembre de 2009

Hipótesis

Yo no creo en la ecuación “cuanto mejor estén los trabajadores (económicamente hablando) = mejor estarán las mujeres trabajadoras” y al decir esto me preguntaba cuan animal era lo que me estaba saliendo así ,sin demasiado reflexión. Los ojos de la profe se clavaban como absortos sobre mi. Y es que en el seminario ella acababa de sostener algo así como que “los estudios de género sobre las mujeres trabajadoras nos eran útiles (por ejemplo) para saber cosas como la situación en general de los trabajadores” (a principios de siglo).

Como si hubiera que buscar en otro lado una validez que no les fuera intrínseca.

Entonces, paradójicamente, en un seminario de género escuchaba lógicas de pensamiento que pretendiendo ser liberadoras subsumen el problema de la mujer a otras categorías. No cuento con ninguna teoría propia al respecto, más bien puedo declarar lo que para mi NO ES. La opresión de la mujer no es un problema económico, aunque este es un problema central. Es un problema social con raíces culturales e históricas profundas. Mujeres oprimidas y opresoras hacia su propio género coexisten en todas las clases sociales. Y, por lo tanto creo, digo, no lo sé, con hacer la revolución socialista no alcanza, aunque podría ser un gran paso, miles de años de opresión no se cambian así nomás. Ojalá llegue el día en que no existan Putas versus Madres, Putos versus Machos, ojalá llegue el día en que si una mujer tiene algo morado en su cuerpo sea porque se llevo puesto un árbol. Ojalá de tanto desuso olvidemos la palabras violación- abuso- violencia- explotación.

Lo cierto es que creo que aún hay mucho trecho por recorrer. Demasiado. Por eso también sería bueno repensar, si aún desde el discurso de los que bregan por la igualdad entre los géneros, no se repiten a veces lógicas que son funcionales a la dominación.

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