jueves, 28 de octubre de 2010

Tristezas



Tengo una multitud de silencios que me pueblan,
de palabras atoradas que anidan en mi garganta.
Tengo un llanto eterno que me acompaña
(ya no me detengo a llorar
porque sé que si no hago lo que tengo pendiente para hoy
mañana tendré mas motivos para seguir llorando)
así que salgo de casa con el llanto a cuestas
como quién lleva un bolso
o un paraguas
camino a la parada
llorando
subo al colectivo
llorando
voy al banco
llorando
y entre llanto y llanto asisto
obligada
a una nueva asamblea
en la cual mis frustaciones
luego de sacudirse el polvo y el olor a cementerio,
debaten furiosamente
en torno a sus origenes
los porqués que quedaron sin responder,
el abrazo que no llegó nunca,
la alegría que se perdió...
Luego, vuelvo
con mi cuerpo cansado a cuestas
a tirar mi tristeza
sobre la cama.



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