jueves, 1 de septiembre de 2011

Vejez

Supongo que me estoy volviendo vieja. De golpe. Daría lo que fuera por estar panza arriba tooodo un día, sin nada que hacer. Sin teta, ni mamadera, ni pañales, ni tarea del cole, ni provechito, ni almuerzo, ni cena. Panza arriba, rascandome el ombligo. Sin tele ni radio ni celu ni radares ni antenas con noticias espantosas escupiendo su vómito por los parlantes, ni vendedores teléfonicos, ni suegras. Mierda tengo 32 años y daría cualquier cosa por una paz de tumba, de cementerio. Supongo que es la gripe y el invierno crudo, mas crudo que nunca. Espero que llegue la primavera con su engaño publicitario de la vida y se acaben las estufas los radiadores los pañuelos, los remedios, la piel resquebrajada y los puloveres. Al menos por unos meses, claro. Tampoco tengo una pasión suicida y se que la muerte llega igual serena y silenciosa, como al colega y amigo de victoria y las chicas al que le llego ayer al mediodía y que hizo que se suspenda la presentación de su libro . Supe de su partida demasiado tarde, en la puerta de la biblioteca y me entretuve pensando en el 60, que es como la vida, la vida es un viaje en el 60...

No hay comentarios: