jueves, 25 de septiembre de 2008

Piezas ausentes.

De chico nunca entendió el mínimo común múltiplo (MCM), por más que su mamá intento explicárselo de todos los modos posibles. Le gustaba mucho leer, pero la tabla del siete lo superó. Los clavos nunca se clavaron en la pared de la cocina y por más agujeros que intentó solo logró que sus dedos adquieran un ligero aspecto morado. Sobre el teorema de Thales logró luego de esfuerzos desmedidos tener un acceso superficial... Así como a la segunda derivada en Mate I.
Pero hoy, al lado de esta historia, de las preguntas que lo absorben, esos grandes enigmas de su vida son muy pequeños. Con toda su fuerza intenta comprender lo incomprensible, pero NO. Y siempre lo mismo desde que Julia lo dejo, como esas tormentas que vienen imprevistas, arrasan con todo y se van. Lautaro se pregunta, cuando fue....¿Cuando dejaste de amarme Julia? ¿Como, porque? ¿Cuándo tu corazón se transformo en esa coraza que te rodea ahora? ¿Qué pasó? El silencio es la única respuesta.
Todo me resulta un chiste macabro y de mal gusto... Como el hombre que entrevisté hoy, que pasó de dirigente político y futbolista a nivel internacional, a estar viejo, gordo y pelado, en una casita de los suburbios...Como esos cuentos de Cortazar, en los cuales una casa es tomada por las sombras, o una mujer que solo iba hablar por teléfono termina en un manicomio...así tu partida no tiene sentido para mi. La gente camina y los veo vivir... siento mi tiempo pasar desde la ventana de este café en que cada noche me siento a pensarnos.

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