lunes, 9 de febrero de 2009

Años

Una nube negra y pesada se aplastaba sobre su cabeza, trayendo consigo un tropel de mosquitos sedientos dispuestos a tirarse un clavado de cinco metros sobre alguna parte de su cuerpo.
Sin contar, claro, con el calor asfixiante y húmedo que desde la noche anterior la atormentaba. Dudaba entre sí le jodía mas el dolor de cabeza o su estomago a punto de explotar gracias a su inconmovible gastritis que avanza como la contaminación atmosférica en el planeta.
Entonces se mira los brazos y ve ese cacho de carne blanca que le cuelga... ni que fuera una carnicería con chorizos de cerdo en exposición...Se siente vieja, sisi. Mierda, como se me fue la vida piensa y la invade la angustia de saber que la muerte esta cada día mas cerca, lo único inevitable, la última estación de todos nuestros humanos viajes. Quizá sirva recostarse boca arriba, respirar hondo y esperar a que mañana el viento se lleva a la nube con sus mosquitos, algo que le recomiende el medico frene su gastritis y el tiempo no huela a azufre...Quizá mañana...

4 comentarios:

Ojaral dijo...

Pero! Cualquiera que lea esto sin conocerte va a pensar que tenés 70 años. Nono. Ni siquiera tenés 30, recién estás entrando a tu mejor década, la de tu esplendor, tu madurez. Los años por venir van a ser los mejores de tu vida, en lo profesional y en lo personal. Cuando tengas 35 vas a ser una flor abierta al sol, perfumando y alegrando la vida de los que te rodean. Hoy todavía sos un pimpollito. Así que metéle pa'lante y no te dejes amilanar por el calor, che.
Te amo.

Marina! dijo...

ejem...nadie dijo que ella fuera yo!
Es un cuento breve sobre la angustia ante la muerte inevitable, el pasar de los años y todo eso. Digamos que el personaje podría ser mi otro yo, uno malhumorado, exagerado y pesimista, pero como no se quién es no le puse nombre. Tampoco soy escritora ni pretendo serlo, pero de vez en cuando se me da por este lado.
Te amo, muchio.

Ojaral dijo...

Pero! Me lo tengo merecido, por pedante. Cometí el mismo error que siempre le reprocho a los demás: confundir al narrador con el autor. Una chambonada. Pero fue de puro encandilado, nomás.

Marina! dijo...

Vio que a usted también le pasa? A lo mejor es que mi historia es tan mala que no se la cree nadie, pero le adverti porque tiene una segunda parte y no vaya a ser cosa que salga a llamar a la policia. ja, chambonanda, esas palabras de abuela, jaja.
Muack!