domingo, 9 de agosto de 2009

Despertares

Mi vecina adora las mañanas de verano. Bien temprano abre su ventana, cuando comienza a amanecer... Asoma medio cuerpo con una expresión feliz en su rostro acariciado por la brisa matutina. Veo sus manos apoyadas sobre el marco de madera, sus largos dedos flacos, su nariz respingada inhala toda la frescura de la mañana, absorbe cada rayito de sol mientrás estos se asoman uno a uno.
El camisón blanco que suele llevar puesto ondea sobre sus pechos como una bandera victoriosa, delante de las cortinas oscuras que caen sobre su cintura. Desde mi ventana, frente a la suya, la observo desde la cama; semiagazapado... no quisiera que mi mirada expectante le robe la inspiración que se apodera de ella cuando la música empieza a escaparse desde el cuarto.
Cada mañana es una sinfonía nueva, mi oído apenas la alcanza a distinguir, puede ser Beethoven, Mozart o Tchaikovsky, no lo sé, se escucha tan bajito...lo que si sé es que la posesiona como por asalto pues la veo rendirse ante su poder. Flexiona su cuerpo y se rinde sobre sus antebrazos. Sus ojos se abren grandes como almendras para volver a cerrarse y gozar, balanceandose suavemente a su compás en diferentes movimientos. Ahora un allegro, un molto vivace, un adagio, la veo estremecerse de placer, menearse, girar su cuello...Presto, levanta la cabeza como un misil hacia las estrellas, tiembla, el pelo le tapa la cara. Pero a veces puedo verla morderse los labios, acariciarlos con su lengua, y devorarse el Allegro assai como a una torta de chocolate para postrarse finalmente sobre sus brazos, con su cabello colgando cual ropa mojada.
Como a una flor, que despunta por el horizonte junto con el sol, la veo erguirse ahora lentamente, levantar los brazos y desperezarse, para dar media vuelta, brindarme su espalda blanca y desnuda y perderse tras las cortinas.

7 comentarios:

Ojaral dijo...

Qué bárbaro! Los placeres de la música se convierten en placeres del cuerpo. Me hizo acordar a ese cuento de Cortázar (Las ménades, creo que era), en donde la música se posesionaba de los espectadores.
Sí que te salió lindo, mi vida!

Carlos E. dijo...

Excelente Post! felicitaciones.

e. r. dijo...

Buen día, Marina!
Se mudó el río a San Miguel?
Acá en casa suena el despertador con radio am y no hay más ganas que partirlo en pedazos. Supongo que hubieramos aprendido de la mujer de tu relato, tan linda.
Saludos, Marina

Marina! dijo...

Ojaral: Viste mi amor? La música si que inspira, je. Ese cuento de Cortazar no lo leí, pero ahora que lo mencionaste me intrigo.
Chas gracias!

Carlos: Bueno, no sé si para tanto como decir Excelente...Graciasss!

Hola Ever! No, no, la foto es de Miramar, desde la ventana de nuestro hotel se veía el mar, muy bonito.
Si, je, esta chica no tiene que ir a trabajar, supongo que como es verano esta de vacaciones, ponele.
Con el friooo que esta haciendo estos dias esta bueno imaginarse el calorcito del verano.
Muchos saludos!

Carlos E. dijo...

Espero que no te importe si lo tomo para mi blog, con tus creditos claro, me gusto mucho..

Marina Agra dijo...

Hola, Marina. Bueno, es la primera vez que te leo y creo que me quedo con tu calidez. Qué lindo este relato. Parece que el placer por la escritura vive de a dos. Un beso, tocaya.

Marina! dijo...

Gracias Mari! digamos que el placer x la escritura me lo suele contagiar mi amor, cuando lo veo tan entusiasmado.
Yo por lo general de escribir más sobre historia o política y en eso el también a veces se engancha y me ayuda mucho sobre todo a desenredar embrollos.
Gracias x pasar!
Muchos saludos.